¿El mejor champú para el cabello rubio? Te contamos todo sobre el champú morado
La solución a los tonos amarillos y naranjas no deseados que aparecen en las melenas rubias tiene forma de champú. Descubre todo sobre el champú morado.
Balayage, californianas, rubios platinos… la mayoría de nuestras coloraciones favoritas tienen algo en común: que dan mucha luz al cabello y que necesitan al de decoloración. En Salon Secret sabemos que caerás rendida a la decoloración en algún momento de tu vida, por eso queremos contarte cómo cuidarla para que tu cabello se vea siempre perfecto. ¿La clave? La hidratación.
La respuesta está en el proceso de coloración. Cuando decoloras el pelo, las cutículas se levantan permitiendo al producto decolorante oxidar la melanina y eliminar el color existente en el cabello para que puedan aplicarse sobre él nuevos pigmentos de color. Es decir, decoloramos el cabello cuando queremos pasar de moreno a rubio, pero también cuando nos hacemos unas mechas en tonos fantasía.
La consecuencia de este proceso (menos probable que ocurra si te pones en manos de un peluquero profesional, claro) es que la cutícula se debilita y se vuelve áspera y porosa, siendo incapaz de retener la hidratación.
Esta es la razón por la que el cabello decolorado necesita una rutina de hidratación más intensa, para hidratar las cutículas y evitar que el pelo se seque. Recuerda que el cabello seco es sinónimo de encrespamiento, rotura capilar e, incluso, pérdida y oxidación del color.
Acondicionadores, mascarillas y tratamientos de hidratación sin aclarado son 3 productos que no pueden faltar entre los estantes de tu cuarto de baño para cuidar el cabello decolorado. No, no son lo mismo. Cada uno de estos productos tiene su uso y su finalidad; por eso, nuestro consejo es que los uses alternativamente.
Pero antes de acondicionar, tienes que lavar el cabello. Elige un buen champú específico para el pelo decolorado; por ejemplo, un champú morado. Sus pigmentos violetas no solo limpiarán tu cuero cabelludo de impurezas, también son capaces de neutralizar los tonos amarillos y naranjas no deseados evitando la odiosa oxidación del color.
Lo ideal es evitar, en la medida de lo posible, las herramientas de calor si tienes el cabello decolorado. Pero si eres de las que no puede vivir sin la plancha y el secador, asegúrate de proteger siempre el cabello con protectores térmicos que sellen la cutícula y mantengan tu pelo suave.
Aquí estamos hablando de dos momentos clave en el peinado del cabello: cuando secas el pelo con la toalla después de la ducha y el momento de desenredarlo. Ambos pueden dañar y debilitar el cabello decolorado, que se encuentra más sensibilizado. Nuestra propuesta: usa camisetas de algodón, en lugar de una toalla, para eliminar el exceso de humedad del cabello y elige cepillos de cedras suaves en lugar de peines para desenredarlo.
Nada de lo que te hemos contado sería igual de efectivo si, en lugar de confiar en la experiencia de un peluquero profesional, optas por decolorar el cabello en casa. Un colorista experto sabrá cómo aplicar el color y con qué productos para que tu melena sufra el menor daño posible. Una vez que sales de la peluquería, el resto es cosa tuya.
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